Miguel
Miguel, generoso, comparte
en versos y canciones su arte,
que suena a emociones y a vida
y llena de imágenes la tarde.
Miguel, muy sabio, imparte
clases inagotables de rimas,
de sueños azules y perspectivas.
Muy sabio, Miguel, reparte
esperanzas y ayes prohibidos,
hechizos de luna y silbidos.
Gracias, Miguel, por darte,
peleando hasta lo oscuro,
sin mentir en tu arte,
sin callar aunque dañe,
inundando de belleza el futuro.
Miguel Barbacha Hernández
¡Qué joven te fuiste y qué grande!
¿Cuántas lecciones murieron contigo?
¿Qué haremos para librarte del cruel olvido?
¿Es que vale con darle tu nombre a una calle?
¿Es que con eso logramos salvarte?
...
Por lo menos, los que un día te manchaban, de poniente a levante,
verán hoy tu nombre dondequiera que vayan
y sabrán, sin duda, que no hay mal que el Bien no espante,
que, por mucho que lo intenten, no lograrán aplastarte.